lunes, 29 de agosto de 2016

Data, el androide ¿sin emociones?



Data, el androide de "Star Trek La nueva generación" ¿tenía verdaderas emociones? No se trata, como pudiera pensarse, de una discusión friqui para trequis o para chalados de la ciencia-ficción. De alguna manera creo que puede ser interesante como oposición a muchas nociones comunes que están establecidas cuando hablamos de la "condición humana". Intentaré discutir algunas de esas nociones.


Data y la expresividad humana

El tema de la expresión de emociones, como tema científico, lo trató Charles Darwin en su libro "La expresión de las emociones" de  1872, que algunos consideran como la obra fundacional de la etología. En él se interesaba por explicar cómo hombres y animales (por lo menos algunos pájaros y mamíferos) mostraban reacciones emocionales -y en ocasiones sin mucha diferencia entre especies-.

Más tarde, William James en 1884, propuso una teoría de las emociones que resumió de la siguiente manera: "No lloro porque tengo pena, sino que tengo pena porque lloro", conocidísima frase que expresaba la primacía de la conducta objetiva sobre las reacciones psicofisiológicas, frente a lo establecido por Darwin, quien pensaba justamente lo contrario -y que de hecho es la creencia más común hoy día-.





Parecería entonces que Data encajaría mejor con la concepción casi-conductista de James, antes que con la idea más establecida entre la gente corriente de Darwin. Porque nuestro androide desde luego es realmente expresivo, tanto en sus muecas faciales, como verbalmente, como en general en cuanto a su propiocepción. Sin embargo cabe oponer una objeción al parecer muy fuerte: Data, al contrario de la frase de William James, no puede llorar, ni porque tenga pena a priori, ni porque la tenga a posteriori. Cabe preguntarse entonces si Data puede tener "pena".


Data y la subjetividad

 ¿Qué es tener pena?¿qué es lo subjetivo? No nos alarmemos ni nos preocupemos, ni se me ocurre entrar en estas preguntas a fondo, no obstante podemos ver por encima ciertos aspectos que pueden ser interesantes. Por ejemplo, que ni lo subjetivo ni la pena -como un "estado" suyo- son entidades "internas". Si dijera eso tendría que suponer la existencia de una "interioridad" y después identificar el lugar de dicha interioridad, que más o menos es lo que dijo Descartes en el siglo XXVII, que hay un sitio donde se aloja nuestra interioridad. De alguna manera es una idea que ha subsistido y que los filósofos y científicos recientes han intentado superar de distintas maneras. Por ejemplo, volviendo a William James, él era partidario de la correspondencia entre estados mentales y estados bioquímicos del cerebro. Es lo que en el siglo XX el filósofo Mario Bunge postuló como "emergencia", a saber, que de las propiedades del cerebro, por su complejidad, emergen otras distintas pero relacionadas con las anteriores, que serían propiedades mentales.

Nunca entendí bien el emergentismo, y la verdad es que sigo sin entenderlo. A mi parecer lo que hace Bunge es interponer una "equinidad" entre cuerpo y mente, es decir, que a la manera de Avicena lo que estaría haciendo Bunge sería multiplicar los entes innecesariamente, contraviniendo el principio de la navaja de Ockham 
Dicho de otra manera, es como si para responder a ¿qué es lo subjetivo? dijéramos "es aquello de lo que se predica la subjetividad". No hemos respondido y para más inri hemos añadido una incógnita más a la cuestión.

La cuestión con Data es, en principio, más sencilla, porque Data tiene un programa -o bueno, en realidad funciona según muchos y variados programas-. Eso quiere decir que en él no resulta ya que de su cerebro positrónico se prediquen propiedades lógicas emergentes, sino que esas propiedades están de hecho en el cerebro. Es muy distinto porque en el cerebro humano no hay un programa previo almacenado en su contenedor físico. Un cerebro humano es algo opuesto en muchos sentidos a un cerebro electrónico -incluso a uno hipotético y ficticio como un cerebro positrónico-. La subjetividad en Data, sin embargo, existe, aunque tenga otras cualidades y propiedades a la de los humanos. Sin embargo hay algo que la define de manera parecida a como podría definirse la subjetividad humana: la conciencia.






Data y la Conciencia

Data tiene conciencia y tiene subjetividad, y quizás con sólo esto bastaría para afirmar que su expresividad es genuina, y genuinamente "emotiva", y no un resultado de una programación ad hoc, pero, ¿qué es la conciencia? Otra vez nos metemos en camisas de once varas.

Pero vamos a ver, tampoco hay que ir tan lejos con tanta abstracción. Muchos animales poseen emociones y no conciencia. Creo que nos hemos sobrepasado por el camino de la subjetividad. De todas formas cabría postular a Data como un ente contradistinto de algunos animales: posee conciencia mas no emociones, aún las más primitivas. No es un autómata, desde luego, como no lo son los animales (tesis de Gómez Pereira y Descartes después). Entonces ¿por qué no tiene emociones?¿no las tiene? Veamos, así define Data la amistad



Es clarificador. La amistad no es tanto una respuesta emocional como un "sentido de la costumbre", de tal manera que al acostumbrarse a estímulos, en su ausencia Data los "extraña".
Esto nos remite inmediatamente a William James. Porque ese "extrañamiento" proviene de una estimulación externa, y por tanto existe en Data un determinado estado "interno" -podríamos considerar que hay una alteración en su programación, y que su programación no es estática, por lo que hay cambios de estado en ella- que no había antes y que acaba incorporando a su propia vida.
Cabría añadir que, siguiendo los postulados de Maurice Merleau-Ponty y otros fenomenólogos, de ahí sale la conciencia de Data, porque el androide es capaz de superar su programa inicial a partir de sus experiencias vitales y de su interacción con su entorno. La conciencia no estaría entonces en la interioridad, sino que viene de fuera, incluso en el caso de Data, aún cuando él parta de un programa inicial. Data tiene conciencia de sí mismo, subjetividad, y por tanto experimenta ciertas cualidades que podrían analogarse a nuestras "emociones" por cuanto él es un ser sentiente, lo cual no lo convierte en humano, como sería su sueño, sino en alguien distinto, en un ser artificial capaz de desarrollar cualidades humanas. De ahí que Data sea único y maravilloso.







jueves, 24 de marzo de 2016

Daredevil, entre Jesucristo y Sam Spade





 Daredevil es como Batman, pero como más de andar por casa. Él no protege exactamente a una ciudad, sino especialmente un barrio, Hell's Kitchen, que es tan oscuro y malvado como Gotham, sólo que tiene la ventaja de existir de verdad. Hell's Kitchen es hoy día un barrio muy distinto, ya no alberga en él lo peor de la sociedad, las gentes de baja estofa, delincuentes, prostitutas, etc... pero entre pitos y flautas se ha desarrollado una mística interesante en torno a él.

  Por ejemplo, es el barrio al que llega Vito Corleone directamente de Sicilia. De él sale uno de los personajes de "El Manantial", la novela (posteriormente película protagonizada por Gary Cooper) de la intelectual libertariana Ayn Rand. También es el lugar en el que creció Frank Miller... Frank Miller. Frank Miller (guionista de algunos de los mejores comics hechos) es el responsable de una cosa importante con respecto a Daredevil. Porque le añadió un trasfondo muy potente del que carecía. Por un lado su catolicismo moral, y por el otro... ¡Hell's Kitchen! No es que Matt Murdock no viviese en dicho barrio en sus etapas anteriores, pero sin duda nunca se le obsequió con un contexto un poco más rico que el de "mataste a mi padre, prepárate a morir", parafraseando al gran Íñigo Montoya. Y claro, de Hell's Kitchen al mundo, porque poco sería si la cosa se quedase en un asunto de repercusiones locales. Sin embargo, este Daredevil aspira a la universalidad.
 Su catolicismo le ayuda (catholicós en griego significa universal, además Matt Murdock es de origen irlandés); por ejemplo, su mayor aventura/desventura, Born Again, está planteada como una analogía del Via Crucis de Jesús de Nazaret. Ni más ni menos. Muy al pelo ahora que estamos en Semana Santa; porque ¿de qué va todo eso del Via Crucis? bueno, pueden vuesas mercedes leer el Nuevo Testamento; pero si son laicistas pueden leer Born Again, que viene a decir algo parecido.



Daredevil es como Sam Spade, el detective privado creado por Dashiell Hammett, pero enfundado en mallas rojas en lugar de en gabardina y borselino; pero a la vez es como el Jesús redentor, un mero hombre que carga con los pecados de (Hell's Kitchen) la humanidad por la vía de liarse a sopapos con los peores criminales que pueda haber (mafiosos, asesinos, yakuzas, etc.) en lugar de por la vía mística, a pesar de que para creerse el relato de cómo consiguió su superoído haya que echarle fe al asunto. No obstante, lo bonito del personaje es que, oído al margen (la cuestión es que por mucho superoído que tenga, la ceguera no se la quitaron) es un mero hombre, pues los sopapos que reparte los da por sus mínimas fuerzas humanas y no porque unos rayos cósmicos lo convirtieron en una burra parda, o en lo que sea (en lo que super-sea). Lo que hace que su labor redentora sea más cuestionable aún, no tanto en lo moral como en lo práctico. Aunque es verdad que el tipo se limita a su barrio, lo que pasa es que sus oponentes son fenomenales, por lo menos en la versión de Frank Miller en los comics.

  Pero he dado un rodeo terrible, con perdón. Yo lo que quería decir es que todo esto y más puede verse en Marvel Daredevil, la serie de Netflix sobre el personaje.
Y no es que Netflix me pague por hacerles propaganda, es que de verdad estoy entusiasmado con el traslado del personaje a la televisión (televisión/cine, pues la factura del producto es más cinematográfica que otra cosa). Y sobre todo, porque lo que han trasladado es al personaje ambiguo, atormentado pero moralmente recto e incorruptible, que pasa las noches escudriñando los peores rincones de Hell's Kitchen, los días intentando ayudar a sus convecinos como attorney-at-law, un modesto abogado de oficio, y cuestionándose constantemente las nociones de Justicia, Bien y Mal, etc.